Una complicada coyuntura económica, una mayor concienciación para emprar materias primas y minimizar el impacto medioambiental y la voluntad de dar un segundo uso a los materiales son algunas de las tendencias de la arquitectura del siglo XXI. En este post hemos seleccionado tres ejemplos de construcciones sostenibles de pequeña escala que utilizan la madera como principal elemento de construcción y que priman la ecosostenibilidad.
Índice de lo que podrás leer en este artículo
Cabanas no Rio
Madera reciclada es el material protagonista de Cabanas no Rio, un proyecto que recupera dos antiguas chozas de pescadores para convertirlas en un pequeño paraíso turístico. El proyecto es obra del estudio lisboeta Aires Mateus, que dirigen los hermanos Manuel y Francisco Mateus, y está situado en la población costera de Comporta (Portugal).
Más concretamente, las dos cabañas rústicas se encuentran en medio de la reserva natural del río Sado, a tan sólo una hora al sur de Lisboa, rodeadas de agua, naturaleza y vegetación. Las cabañas están construidas con paneles de madera reciclada que revisten tanto el exterior como el interior (tejados, paredes, suelos y accesorios) quedando totalmente ensamblado con el muelle medieval construido en madera que las sustenta.
De hecho, uno de los encantos de esta obra de arquitectura sostenible de pequeña escala es presenciar el propio y natural deterioro de la madera, que al estar expuesta al sol y a los fenómenos climatológicos va cambiando su aspecto.
Cada cabaña tiene una superficie de 14 metros cuadrados y una capacidad para dos personas. Una de las cabañas acoge el dormitorio y el baño mientras que la otra consiste en un salón con una pequeña cocina.
Es un proyecto sin excesiva ostentación pero que desprende la propia identidad de sus creadores, basada en qué la arquitectura es “una disciplina de vida para el bienestar del hombre”, define Francisco Aires Mateus. Para los huéspedes de este particular refugio que sean amantes de la fauna en general y de las aves en particular, es una de las zonas preferidas de observación para los ornitólogos en Portugal.
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Cabañas Morerava
Las Cabañas Morerava, situadas en Isla de Pascua (Chile) conjugan el binomio de ecología y descanso, que partía de la demanda de crear un complejo turístico en la isla que se integrase en el medio ambiente. La respuesta que ejecutaron desde el estudio chileno AATA Associate Architects fue un proyecto respetuoso con el entorno que cumple a la perfección con los estándares de calidad que necesitan los visitantes.
El proceso de construcción, la dotación de recursos materiales y el uso diario de las cabañas tenían que tener un impacto mínimo sobre el medio ambiente. Teniendo en cuenta todas estas condiciones sine qua non, los arquitectos optaron por un diseño prefabricado. De hecho, para minimizar la intervención en el paisaje local, las cabañas se construyeron en el continente y se transportaron en barco hasta la Isla de Pascua.
El complejo construido en 2009 lo integran cuatro cabañas de 60 m² más 17 m² de terraza cubierta y están equipadas para un máximo de 6 visitantes. Las unidades prefabricadas utilizan sistemas de energías renovables y sostenibles con el fin de aprovechar de los recursos naturales y el buen clima de la zona. Para lograrlo, las cabañas presentan una ventilación cruzada y ponen especial énfasis en el máximo aprovechamiento de la luz solar. Las placas de zinc elevadas colocadas en las cubiertas también favorecen la ventilación natural y eliminan el posible calor acumulado.
Asimismo, todos los módulos tienen un sistema de recolección del agua de la lluvia que se almacena para su reutilización, previo tratamiento. El agua se calienta a través de paneles solares ubicados en las cubiertas de la cabaña, evitando en gran medida el uso de gas o electricidad, que sólo se utiliza cuando la recolección no es suficiente.
La madera es el principal material de construcción de las cabañas. Los 60 metros cuadrados construidos de cada una se distribuyen entre dos dormitorios, un baño y una cocina-comedor, consiguiendo espacios amplios que propician el relax y el confort de los huéspedes.
El proyecto obtuvo tres reconocimientos en los premios Architizers A+ Awards de 2013.
Imágenes: www.dezeen.com
The Pinch
Se trata de una construcción que alberga una biblioteca y un centro comunitario ubicado en la ciudad de Shuanghe, provincia de Yunnan (China). Tras el terremoto que sufrió la zona en Septiembre de 2012, gran parte de las casas quedaron destruidas o en un estado muy deteriorado, hecho que obligó a sus residentes a vivir en refugios provisionales.
El proyecto de The Pinch, que capitanearon los arquitectos Olivier Ottevaere y John Lin, forma parte de un esfuerzo de reconstrucción impulsado por el gobierno chino. El proyecto de renovación también incluye nuevas viviendas de hormigón y ladrillo y una gran plaza central. Fue la Universidad de Hong Kong quién decidió patrocinar el diseño y construcción de una nueva biblioteca para animar y dinamizar la vida de la población de Shuanghe.
The Pinch es un espacio único de 80 metros cuadrados que se establece entre un muro de retención de 4 metros de altura y la plaza aún sin construir. La construcción domina ese desnivel y actúa como un puente entre el pueblo y la nueva plaza-memorial. Los arquitectos trabajaron en colaboración con una fábrica local de producción de madera. Una serie de cerchas se anclan en el nivel de la calle superior e inferior de la plaza.
En el interior del edificio, las vigas de madera se extienden hacia abajo para soportar una biblioteca flotante. Los visitantes y/o usuarios pueden sentarse en los tradicionales bancos escolares colocados aleatoriamente a lo largo de la biblioteca para promover la consulta de los libros y la educación. Las puertas de policarbonato pueden abrirse para crear un espacio totalmente abierto que se extiende hacia la plaza.
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