Los proyectos sociales han adquirido una especial relevancia desde el inicio de la crisis económica. Desde las residencias para determinados colectivos hasta los pisos sociales, los arquitectos encuentran en las viviendas sociales oportunidades para hacer florar su creatividad y proporcionar, al mismo tiempo, un servicio a la sociedad.
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Residencia en Alcácer do Sal
Fiel a su estilo, la firma Aires Mateus, encabezada por Francisco y Manuel Aires Mateus, han proyectado esta especial residencia para personas mayores, situada en Alcácer do Sal, Portugal. El proyecto se basa en una atenta lectura a la vida de un tipo de comunidad muy específico, una especie de micro-sociedad que cuenta con sus propias reglas y limitaciones.
El complejo residencial/asistencial es una mezcla entre hotel y hospital, que busca comprender y reinterpretar la combinación de una vida social y privada, respondiendo a las necesidades de socialización y al mismo tiempo de soledad de los mayores.
Para ello, el conjunto está formado por unidades independientes que se agregan a un cuerpo único, cuyo diseño es expresivo y simple. Debido a la reducida movilidad de los habitantes del edificio, éste sugiere que cualquier desplazamiento debe ser una experiencia emotiva y variable.
El edificio es un muro que se eleva naturalmente desde su topografía: limita y define el espacio abierto, organizando toda la parcela.
El material, el detalle constructivo y la sencillez son los protagonistas de este complejo de vivienda social, unidos a la funcionalidad que requiere un edificio de esta índole. El resultado es un edificio que brilla por su expresividad, respetando el entorno y ofreciendo un lugar de paz para aquellos que lo disfrutan.
La residencia de Alcácer do Sal fue finalista en el Premio Mies van de Rohe de 2013.
www.plataformaarquitectura.cl
www.airesmateus.com
Honeycomb Apartments
Este proyecto es el ganador de un concurso convocado por el Fondo de Vivienda de Eslovenia para el diseño de dos bloques de viviendas sociales, que se rige por un programa administrado por el gobierno que proporciona apartamentos de bajo coste para las jóvenes familias.
La racionalización del espacio con una gran flexibilidad y la cuestión económica, racional y funcional son los criterios que le valieron ser la propuesta ganadora. A modo de ejemplo, los requisitos del concurso apuntaban que el coste de construcción no debería exceder los 600€ por m2 de superficie neta.
Los arquitectos eslovenos Rok Oman y Spela Videcnik (OFIS Arquitectos) son los ideadores de Honeycomb Apartments. El proyecto también fue nominado por los premios Mies van der Rohe 2006.
Los bloques se establecen en una colina con vistas a la bahía de Izola por un lado y a los alrededores, por el otro. Dado que están sujetos a un clima mediterráneo, se crea una gran importancia entre la relación interior y exterior y al juego de luz y sombras. El complejo lo forman un total de 30 apartamentos de diferentes tamaños y estructuras, que van desde apartamentos tipo estudio hasta apartamentos de tres dormitorios. Los espacios interiores, aunque pequeños, son diáfanos, ya que no están afectados por elementos estructurales, de este modo se proporciona la flexibilidad necesaria para reorganizar a gusto el espacio.
Elementos textiles bloquean la luz solar directa y protegen el balcón y el apartamento de miradas indiscretas, pero gracias a su semi-transparencia permite al propietario disfrutar de las vistas de la bahía. Los paneles perforados permiten dejar pasar la brisa del verano para ventilar el espacio. Los colores fuertes crean diferentes ambientes dentro de los apartamentos y una estética muy original en el conjunto de los apartamentos. Las habitaciones pequeñas se vuelven visualmente más grandes porque la sombra textil crea un efecto de perspectiva que conecta la parte de exterior con el interior.
www.arthitectural.com
www.ofis-a.si
Tetris, social housing
Obra de Moussafir Architectes, el proyecto forma parte de un programa urbano más amplio destinado a la regeneración de barrios desfavorecidos en el norte de París. Nueve residencias y estudios de tres artistas fueron construidos en tres parcelas estrechas.
El proyecto fue moldeado con la intención de permanecer en armonía con la escala y la densidad de la zona y aumentar al máximo el espacio y la luz del día a disposición de los futuros residentes. Las normas establecidas para las viviendas sociales restringieron drásticamente el tamaño de los apartamentos. Para contrarrestarlo, los arquitectos del proyecto optaron por diferenciar los volúmenes interiores, creando un valor añadido espacial, que posteriormente dio lugar a una mayor cantidad de luz natural. La alineación perfecta con los edificios existentes y el tratamiento de la fachada idéntica aseguran la integración del contexto del proyecto.
Las tres parcelas se sitúan en dos calles paralelas estrechas separadas por un bloque de viviendas; un jardín privado en el centro habilita la interacción visual entre las dos partes del proyecto. Cada uno de los tres edificios tiene un apartamento por piso, que combinan diferentes alturas de techo dentro del mismo apartamento, de 2.60 metros a 3.40 metros. El conjunto del proyecto hace hincapié en el hecho de que hoy en día el hogar y el espacio de trabajo tienden a fusionarse. Hormigón, yeso, madera y estuco de cal son los materiales protagonistas de esta construcción social.
El desafío político y urbano de este proyecto se basa en la erradicación de la mala calidad junto a la apertura de esta zona básicamente privada del distrito 18 de París. El proyecto es altamente contextual y tradicional y la integración de la construcción tiende a desdibujar los límites de la tierra y se centra en la individualización de cada unidad expresada por la proyección y en el camino a través de su estancia. Este juego entre la banalidad y la singularidad se aplica tanto a la vivienda como a los talleres.
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