Casa Bastida de Begur y el Ozadi Tavira Hotel en Algarve fueron los ganadores ex aequo en la categoría de Arquitectura de la 57 edición de los galardones ibéricos
Ha llovido mucho desde la primera edición de los Premios FAD. La convocatoria nació en 1958, en plena época franquista y con la escasez de materiales como telón de fondo.
Las tendencias, las necesidades constructivas y la concienciación social también han experimentado cambios sustanciales. Un buen reflejo de ello son precisamente los dos ganadores en la categoría Arquitectura de los Premios FAD 2015: proyectos de rehabilitación que apuestan por un desarrollo sostenible de acuerdo con los estándares de construcción actuales.
Ya han pasado algunos días desde que conocimos el veredicto final de la 57 edición, pero queremos hacer un pequeño homenaje a los dos proyectos galardonados ex aequo.
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Ozadi Hotel, en Tavira (Algarve)
“La renovación del hotel construido en los años sesenta se plantea con inteligencia y sensibilidad, resaltando los valores de la construcción original”. Con este veredicto, el jurado decidió reconocer también con el premio FAD Arquitectura 2015 el Hotel Ozadi, de 4 estrellas superior y ubicado en la ciudad portuguesa de Tavira (Algarve). La reforma fue capitaneada por el arquitecto Pedro Campos Costa.
La reformulación de la planta de acceso y de la nueva zona de piscina equipada con un pabellón -que acoge la cafetería y los vestuarios- representaron los principales ejes de actuación de la rehabilitación. Llama la atención la complejidad geométrica, espacial y constructiva que presenta la estructura del pabellón que, a pesar de su originalidad, consigue integrarse sutilmente en el conjunto del hotel. La madera tuvo un importante papel en la intervención, como material que transmite confort y bienestar y que fomenta la integración con el entorno natural que rodea la instalación hotelera.
Fotos: © José Campos
La Casa Bastida, en Begur
Los arquitectos Ramon Bosch y Elisabet Capdeferro son los autores de la rehabilitación de Casa Bastida, una vivienda unifamiliar alzada en los años 50 en diferentes fases de construcción. Ubicada en Begur, uno de los parajes más bucólicos de la Costa Brava, la residencia cuenta con una superficie de 334 m2.
La intervención propuesta por el estudio catalán Bosch-Capdeferro consistió en resolver las patologías propias de la salubridad del mar y estrechar la relación del edificio con su entorno, ya que quedaba totalmente inconexo con el paisaje que lo rodea.
Un enorme porche ventilado, recubierto in situ de cuerdas de pescadores, es el elemento identificativo de Casa Bastida, que se reconoce desde lejos. Este paramento permite aprovechar el aire del mar y obstruir la radiación solar. Además, con la apertura de un nuevo patio en el límite sur de la propiedad se consigue la ventilación cruzada de la casa y, consecuentemente, una reducción del consumo energético de la vivienda.
Otro elemento que favorece la integración de la vivienda en el entorno y la preservación de la tradición constructiva de la zona es la utilización de materiales autóctonos de la Costa Brava. La cerámica de la Bisbal, que se ha instalado en distintas estancias, y las cuerdas de pescadores que recubren el paramento del porche, son los ejemplos más claros.
Aquí puedes ver más fotos de Casa Bastida (© Jose Hevia).
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