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Outside-In House
Fernanda Vuilleumier estudio de Arquitectura ha completado esta casa Outside-In en Puerto Natales, Chile. Su diseño se debe al uso de materiales reciclados o propios de la zona. Todos ellos conviven generando una armonía estética casual ya que cada material tiene una función más allá del propio acabado.
Aunque pudiera parecer un poco peligroso debido a la utilización de simples materias primas tales como el hormigón, la piedra y las vigas de madera en forma de V, la apariencia final de la casa es muy coherente y cálida. También ayuda el uso de ventanas panorámicas que añaden un poco de calidez.
El techo inclinado ha sido creado para proteger la vivienda de los fuertes vientos del noroeste, que en esta área pueden alcanzar hasta 60 mph. Además, la forma del techo también proporciona la recogida de aguas pluviales que se reutilizan para la jardinería y la irrigación. Muros Trombe Back permiten utilizar la energía solar pasiva para la calefacción, refrigeración e iluminación. Se trataba de construir junto con la naturaleza, no en su contra.
A través de esta obra, Vuilleumier pretende poner en manifiesto la idea de que la familia es la manifestación de los elementos naturales, resumen de hechos antecedentes tales como los materiales y sus texturas. Como el nombre nos indica Outside-In, una de las características más interesantes ha sido la decisión de traer los materiales desde el lado exterior de la casa hacia el interior.
Officina Roma
El presente proyecto fue diseñado por el colectivo de arquitectos Raumlaborberlin y construido en tan sólo siete días con la ayuda de 24 estudiantes procedentes de diferentes partes de Italia.
El proyecto, presentado en el contexto de la exposición Re-Cycle, Strategies for Architecture, City and Planet, irradia una atmósfera de «emergencia» que habla sobre la necesidad de cuestionar el estilo de vida de muchas de las sociedades contemporáneas, basadas en el individualismo, la competencia y la desmedida explotación de los recursos naturales.
Su construcción se basa en diversos objetos de desecho: botellas de vidrio, botes de plástico, bidones de metal, papel, cartón, etc., que se aplica tanto de manera estructural como ornamental. En total, un 90% del material utilizado es reciclado, lo que redujo el coste de la obra casi a la mitad en relación a una casa tradicional.
El programa arquitectónico del edificio consta de un dormitorio, una cocina y un estudio. No hay sala de estar, sin embargo cuenta con un gran taller en el centro, que por sus características puede tener usos múltiples.
Con este proyecto, sus creadores hacen evidente cómo los materiales de desecho y los sistemas constructivos utilizados en la denominada arquitectura de emergencia ofrecen un infinito potencial de soluciones artísticas y arquitectónicas, así como nuevos parámetros de relación entre el individuo, el arte, la arquitectura y el entorno.
