¡Qué suerte tienen aquellos que pueden sacar provecho a una terraza en verano! Son numerosas las oportunidades que un espacio exterior ofrece a sus usuarios, para compensar las cargas climáticas y funcionales del espacio interior. El correcto diseño de una terraza, desde sus aspectos más estructurales – funcionales, tectónicos y tecnológicos – hasta su configuración más estética, donde entra en juego el diseño de exteriores, permite convertirla en el gran aliado para hacer frente, sobre todo, a la eficiencia, entendida tanto desde el punto de vista energético como desde el punto de vista de la habitabilidad.
Y es en este último punto donde más rápidamente se observan los beneficios de las terrazas. Proporcionan más metros cuadrados a los espacios interiores, ampliando sus posibilidades funcionales. Son numerosas las estrategias estéticas que ofrece una terraza para aumentar el espacio interior. Además, gracias a acciones concretas, estos metros cuadrados de más puede ser utilizados durante todo el año, independientemente de la estación, incluso de la hora del día, y de sus correspondientes condiciones atmosféricas. Veamos cuáles son las más importantes.
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En busca de la mejor terraza
La terraza constituye en sí un elemento bioclimático en el conjunto de la edificación. La terraza puede aislar visualmente el espacio interior de las miradas ajenas. Los elementos de una terraza pueden regular la cantidad de luz que incide en el interior. También pueden impedir que los rayos del sol lleguen a la fachada, reduciendo así la cantidad de calor que se acumula en su superficie exterior de la misma, lo que, a su vez, reduce, consecuentemente, la temperatura del interior, aun habiendo una deficiente composición de fachada o carpintería de escasa calidad. Aunque no es la situación ideal, dado que la composición de la fachada y la calidad de la carpintería son los puntos donde más compensa invertir para conseguir la mayor eficiencia energética y económica de una construcción, los elementos exteriores que forman parte de las terrazas sirven para generar beneficiosas sombras para el control solar sobre la fachada, en caso de no haber podido actuar sobre lo construido.
Elementos a tener en cuenta
La combinación de un correcto diseño de la terraza, de su arquitectura, y de una buena elección de ventanas (vidrios de alta calidad, elementos de protección solar y mecanismos innovadores de apertura y posición) permite otorgar un elevado nivel de confort al espacio interior. Triples vidrios, vidrios de baja emisividad o contraventanas móviles permiten grandes niveles de bienestar. Marquesinas, pérgolas, persianas, estores, pantallas, parasoles, toldos, voladizos o sombrillas permiten evitar la acción directa de los rayos de sol sobre los usuarios de la terraza y también sobre la propia fachada. Tampoco hay que olvidar que, cuando se estudia el diseño de una terraza, es necesario observar también la sombra que otros elementos exteriores, sobre los que no es posible actuar, arrojan sobre este espacio: edificios contiguos, árboles de la urbanización o los propios elementos de fachada como aleros y voladizos.
Es la correcta utilización de los elementos de una terraza lo que favorece también la ventilación del espacio interior al que da servicio y lo que, a su vez, permite la ventilación de todo el interior. En definitiva, conviene estudiar sistemas móviles, para aprovechar sus utilidades en función de la acción de sol y del aire en cada estación del año y en cada hora del día.
Por último, para los amantes de la naturaleza, si la terraza además cuenta con espacio suficiente como para incorporar plantas, puede resultar interesante construir un pequeño huerto urbano o pequeño jardín, de tal manera que la vegetación pueda detener la radiación solar y refrescar el ambiente de manera natural.
¿Te animas a darle una vuelta a tu terraza?
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